miércoles, 27 de octubre de 2010

Del 31 al 2 de Noviembre


Es una de las celebraciones que el mundo prehispánico ha dejado enclavado en el pueblo mexicano. En ella, se honran a los difuntos. Hablando del calendario azteca se conmemoraba el noveno mes, más o menos a inicios de agosto... Y la fiesta duraba todo un mes. Ésta festividad era precidida por la diosa Mitecacíhuatl, "Señora de la Muerte" -actualmente presentada como la Catrina- Las festividades eran para los niños y los parientes difuntos.
Somos un pueblo ritual, como decía Octavio Paz. Para los antiguos mexicanos la vida y la muerte no era una oposición infranqueable, sino una continuidad. La vida se prolongaba en la muerte. Y a la inversa. La muerte no era el fin natural de la vida, sino fase de un ciclo infinito. En cambio, la moderna, sufre de un patatus, es el fin inevitable de un proceso natural. Se ha convertido en una gran fauce negra vacía que nunca se sacia. Esta intranscendecia nos lleva a eliminarla del ritmo diario. Para unos la muerte es una palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. Para el mexicano, sin embargo, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes más favoritos para el desdén y la ironía "si me han de matar mañana, que me maten de una vez". Morir es natural y hasta deseable; cuanto más pronto, mejor. Nuestras representaciones son de burla a la vida, afirmación de la nadería y de la insignificancia humana. Los mexicanos abrimos brazos a la muerte, la adulamos, la feriamos, la aplaudimos, la cultivamos, pero no nos entregamos. Al final, es la extraña por excelencia. No nos entregamos porque la entrega entraña sacrificio. Así, el sacrificio exige dar para que el otro reciba. En suma, si en la fiesta, la borrachera o la confidencia nos abrimos, lo hacemos con tal violencia que nos desgarramos y acabamos por anularnos, Y ante la muerte, como ante la vida, nos alzamos de hombros. Un resultado: inseguros permanentes. Oscilamos entre la entrega y la reserva, entre el grito y el silencio, entre la fiesta y el velorio, sin darnos jamás. Y nos rodeamos de gestos grotescos en un sinfín de jolgorio.

viernes, 17 de septiembre de 2010

lunes, 14 de junio de 2010

Contrastes:


Un rinconcito dónde la fantasía y la realidad se convinan. Visión hecha cuerpo, una metáfora palpable... Se multiplican los polvorines mentales, el humor florece. Los fragmentos de sabor e impresión se recojen y se ensartan. Un lugar para vivir y disfrutar...

martes, 18 de mayo de 2010

Alebrijes

No conocía a estás criaturas de formas satánicas y de carne como de hule transparente, que brincaban bajo la niebla aposentada sobre el valle; antes de verlas las bautizó "alebrijes" porque así, ¡alebrijeeeeeeee...!, sonaba el grito que los extraños seres lanzaban a coro, como lobos mirando la luna...